Es muy importante comenzar el día con una buena actitud y disposición. Una de las maneras más poderosas de enfocar nuestra energía es mediante los decretos y afirmaciones.
Decretar es usar el poder de la palabra hablada para nuestro beneficio. Un beneficio no egoísta, sino con el firme deseo de mejorar nuestro mundo y ayudar a los demás.
Comienza tu mañana de la manera más tranquila que puedas, no saltes de inmediato a ver tu teléfono móvil, sino que toma tu tiempo para apreciar el nuevo día que comienza, desperezarte, etc. Y desde tu cama o sentado, puedes repetir en tu mente o en voz alta, los siguientes decretos.
- Este día comienza en abundancia, salud y prosperidad. Gracias Padre, por tu amor y protección.
- Hoy recibo todo lo bueno que el universo tiene para mí. Gracias, gracias, gracias, hecho está.
- La paz y tranquilidad residen en mi corazón. Mi mundo contiene todo y nada le falta. Gracias por la abundancia y provisión.
- Hoy no tengo nada que temer, pues mi Señor está conmigo en todo momento y en todo lugar. ¡Gracias, Padre, hecho está!
- Recibo y agradezco cada bendición que tienes hoy para mí, Padre. Gracias por éste nuevo día y por esta nueva oportunidad.
Cree cada palabra que pienses o digas, como si ya estuviera cumplido y hecho en tu vida. Sé constante y observa los milagros ocurrir. Aunque las cosas sean difíciles, bendice siempre tu día, pues es una nueva oportunidad para volver a intentarlo.
¡Gracias por leernos!
