Suelta y agradece…

Por todas aquellas situaciones que no puedas hacer demasiado o creas no poder hacer mucho, hay algo que sí podemos realizar: soltar y agradecer.

Suelta todo aquello que no te hace feliz, que te preocupa. Por un instante siéntete libre de todo aquello que te pesa y agradece por la paz que llegue a tí.

Repite cuantas veces sea necesario y sobre todo, confía en que no importa lo que suceda, al final todo estará bien.